“Agradezco
a Dios por el día que nos tocó, el tiempo estaba cálido, había una brisa, un
lindo sol, el día lunes a las siete de la mañana llegamos al cementerio, se
notaba la emoción de muchas mamás ya ancianitas que estuvieron participando del
viaje.
No se nos permitió
colocar una placa, si pusimos una florcita, mi hermana Susana colocó una sobre
su cruz y se quedó sentada en ese lugar por un rato, quedamos conversando entre
nosotras.
Mi hermano
nunca tenía mal día, siempre riéndose, para mí era más un compañero, mi hijo
Diego se parece mucho a él, tiene su misma forma de ser”. –Lucía y Hermilda Aylán,
Hermanas del Soldado Breñense Orlando Aylán-.-